Sección principal (dos columnas)

La localidad de Magallón pertenece a la
y está situada a 56 Km. de Zaragoza y 419 metros de altitud.

Su término tiene una superficie de 78.6 kilómetros cuadrados y cuenta con una población aproximada de 1208 habitantes, a los que se conoce con el gentilicio de magallonero.

Comprende las entidades de población de Magallón.

se asienta a orillas del
, ascendiendo por el peñón en el cual ha ido creciendo el pueblo, resultando un conjunto de gran belleza, en el que sus monumentos religiosos se alternan con numerosos palacios y casas nobles que salpican sus calles, de las cuales aún queda el sabor de su pasado judío y musulmán.

Destaca la
, patrón de la parroquia, coronando el cerro sobre el que se asienta
. Levantado sobre los restos del antiguo
, su interior de una sola nave y bóvedas estrelladas contiene varios retablos de Vicente Berdusán y su taller.

La
, perteneciente al antiguo convento de dominicos, es una de las estampas más bellas de la villa, pese a su estado ruinoso, pues cuenta con un delicado ábside mudéjar del que aún se puede adivinar la riqueza de su construcción. Las antiguas dependencias del convento, que siguen la tipología de palacio aragonés del XVI sirven hoy de Ayuntamiento, Casa de Cultura y Sede de la Mancomunidad.

La ermita de
ubicada en el interior del pueblo, fue edificada en el XVII y alberga en su interior al Santo Cristo, patrón de
.

De los elementos de interés dentro del casco urbano podemos destacar el conjunto de la plaza del Mercado con sus arcos porticados y una serie de edificios catalogadas de interés.

Desaparecidos hoy día hubo dos edificios que indicaban la importancia de la Villa, junto con los otros edificios religiosos, y que fueron las ermitas de San Lázaro, que fue albergue de la Orden de San Lázaro (Orden Hospitalaria de Leprosos) y la ermita de San Miguel situada en el barrio del mismo nombre y de la que queda la imagen del titular en una de las viviendas del barrio. Esta ermita fue derruida en el año 1786 debido a su mal estado.

Fuera del casco urbano y en un radio de un kilómetro podemos encontrar el puente de Fornoles de origen Romano sobre el
. Este puente formaba parte de la calzada romana, ahora conocida como Calzada Real. El Azud romano situado sobre el
y al lado derecho del camino conocido como el Sendero. Torre vigía romana situada a corta distancia del puente de Fornoles y dominando la calzada y el puente.

La
es la ermita del patrón de la Villa y está situada a 9 Km. en el término de la Loteta y a corta distancia de las aguas de cola del pantano del mismo nombre.

Desde Zaragoza, por la carretera N-232 ó la AP-68, en dirección a Logroño, hasta el cruce de Gallur y allí tomar la N-122 en dirección a Soria.

En autobús, líneas regulares de
.

Los primeros vestigios de asentamientos son íberos de los que aparte de haberse encontrado restos arqueológicos tales como herramientas de sílex y restos de cerámica también nos han dejado monedas de la ceca que aquí tuvieron en el siglo I a.c. Esta ceca estaba en la población de Caraues o Caraví, cuya situación se ubica en la de la actual villa.

Remonta sus orígenes al asentamiento de Caraui, posiblemente de fundación romana.

Durante la etapa de dominación romana aparece la primera referencia escrita del asentamiento original de
, conocido entonces como Caraví.

No se dispone de ninguna información relativa a la época visigoda.

Le sigue la de dominación musulmana a partir del año 714, y que perdura, en esta zona de Aragón, hasta el año 1119 en al que Alfonso I el Batallador la reconquista y Pedro de Atarés otorga la villa a las Ordenes del Temple y San Juan entre 1135 y 1146, como ocurrió con
.

Hacia 1151
queda como villa de realengo al ser cambiada por otras posesiones, al llegar a un acuerdo con Ramón Berenguer IV.

En 1236 pasa a manos de los musulmanes, ya que Jaime I se lo concede al rey Zeyt Abuzeyt. Hacia 1360 es tomado por Pedro I de Castilla y más tarde recuperado por Pedro IV, aunque no será incorporado a la Corona definitivamente hasta 1411.

En el momento de la reconquista, el 20% de la población era musulmana, a los que se obliga a convertirse al cristianismo y se les hace pasar a vivir extramuros de la fortaleza, en lo que hoy se conoce como barrio de la Morería.

El barrio de la comunidad judía se hallaba situado entre los barrios del Calentejo y San Miguel, hasta su expulsión.

El
de
sirvió de punto de defensa en la frontera de los territorios reconquistados, y tuvo una gran importancia en la Guerra de los Pedros y que acabó con la destrucción del
en el año 1369.

En el año 1430, Alfonso V el Magnánimo la incorpora a la corona como Villa Real.

Escudo cuadrilongo con base terminada en punta, terciado en palo, primero y tercero, de azur, una torre doble donjonada, de oro y mazonada de sable; segundo, de oro, cuatro palos de gules. Al timbre, una corona abierta compuesta de un aro engastado de piedras preciosas-rubíes, esmeraldas y perlas-sumado de ocho flores de hojas de apio, con perlas intercaladas, de los cuales, tres se hallan ocultos.

La bandera se representa en un paño cuyas proporciones son de una longitud equivalente a tres medios de su anchura: azul, en el tercio central se representa el Señal Real de Aragón; en los tercios al asta y al pendiente se incorpora una torre doble donjonada, amarilla y mazonada de negro. El modelo de gala se confeccionará en tafetán de seda o damasco, con el Señal Real de Aragón y las torres bordadas en oro, así como la corona. En el asta se puede incorporar una moharra en la que se grabe o reproduzca el escudo de la villa.